Como se
puede observar, esta palma de tagua la sembró el señor Jorge
Arroyo hace nueve años frente a su casa en el
municipio de Chigorodó- Antioquia-Colombia. Es una palma ejemplar, con racimos
abundantes, y de buen tamaño sus corozos. Se destaca en particular que,
a la palma le he hecho seguimiento continuo, pues cada año la evalúo
con el propósito de verificar si es viable repoblar ciertos lugares en
Urabá con esta especie de palma en vía de extinción, que a finales del
siglo XIX fue uno de los renglones de la economía en Urabá, debido a que
las pepas se exportaban hacia Europa. Allá fabricaban con ellas:
botones, hebillas, aretes, collares, dijes, figuras de animales, anillos,
pulseras, llaveros, pipas, ajedrez, dados, platos, pocillos, bolas
de billar. Uno de los comerciantes criollos más destacados, fue el
cartagenero don Eusebio Campillo el "Rey de la tagua"
quien tuvo más de quinientos recolectores. La tagua perdió su valor comercial
con la llegada del material sintético como el plástico, además hubo escasez de
semillas, la gente nunca sembró, solo se limitó a la explotación de un recurso
natural que estaba ahí a borbotones.
En mi caso,
lo he dicho en varias ocasiones a través de diferentes medios de
comunicación que el cultivo de palma de tagua en Urabá es necesario
como fuente de empleo, atracción para el turista, por el rescate de
la memoria histórica y cultural, sobre todo, considero que la palma de tagua
debe ser emblemática en la región de Urabá y el departamento de
Antioquia. Su semilla es conocida como marfil vegetal, entonces, ¿por qué no
fomentar una línea de artesanías en Urabá con esta generosa semilla?
La tagua en
lengua katío, se conoce como Antá, vocablo que quiere decir
piedra, debido a su dureza. En tal sentido, mi insistencia
acerca de impulsar el rescate de la tagua, no cesa. Por ello, hago un
llamado a quienes deseen vincularse a esta iniciativa para que juntos hagamos
un aporte importante alrededor de la tagua.
Iván
Graciano Morelo Ruiz
Cel.
320-689-51-18