Mamá Negra la pregonera: promoción y animación a la lectura y la escritura desde los gracejos de “Jale”
Por: Iván Graciano Morelo Ruiz
Partiendo de la premisa de que la lectura como hábito cotidiano constituye la principal herramienta para el desarrollo del pensamiento crítico y creador, se propone con la presente propuesta pedagógica, Mamá Negra la pregonera, fomentar la lectura y la escritura de textos literarios pertinentes en la población estudiantil de la Inst. Edu. Bernardo Arango Macías del municipio de La Estrella, y que además sirva como experiencia aplicable a otros contextos escolares, con el fin de superar problemas fundamentales en las aulas de clase relacionados con: 1) deficiencias de aptitudes cognitivas, 2) Carencias de procesos sistemáticos de lectura y escritura, 3) Comportamientos agresivos e intolerancia en la convivencia escolar, y 4), La falta de interacción dinámica entre las prácticas oral y escrita desde una perspectiva sociocultural. La propuesta en mención, la he venido desarrollando con un cuidadoso registro escrito, desde hace cuatro años, en la Institución Educativa Bernardo Arango Macías (en adelante escribiré I.E. BAM para referirme a esta institución en mención) Lo que me motivó.
Después de observar el galopante desinterés por el hábito de lectura y escritura, en contraste con una oralidad irreflexiva y desbordada que se desgastaba inútilmente en asuntos banales, además de comportamientos compulsivos y violentos en el aula de clase entre mis estudiantes de la I.E BAM, reflexioné acerca de estas situaciones anómalas, y vi que en el proceso socio-escolar generaban problemas cognoscitivos y de convivencia, entre otros, a los que había que buscar estrategias de solución. Dado que mi trabajo en todos estos años de docencia lo he fortalecido en las áreas de lengua castellano, ética y valores, (jornadas diurna y nocturna), consideré que podía hacer algún aporte desde lo lúdico-literario, y de ahí nació la propuesta. Comencé entonces con la investigación de metodologías, estrategias y juegos pedagógicos que finalmente me llevaron a encontrar una clave comunicativa de gran efecto en la población estudiantil de la jornada nocturna e incluso diurna (bachillerato). En medio de esta búsqueda conocí, en las calles del municipio de La Estrella Antioquia, a “Jale”, una negra alegre, que vende gelatina en un “poncherón” que lleva en la cabeza, y a la que llamé Mamá Negra, en virtud de su semejanza con las proverbiales matronas del Pacífico y del Caribe.
Este personaje, procedente del Chocó, posee el especial don de transmitir alegría a través de su pregón festivo, naturaleza risueña, contagioso por su garbo y retahílas jocosas, sus refranes, recitales de poesía por las calles y reseña de libros. La población siderense, incluidos los estudiantes, pronto hizo eco de esa gracia poderosa que poseía, para conquistar la voluntad de su público. Y fue en esta “poderosa gracia” en la que justamente reconocí un elemento valioso que podría implementarse lúdicamente para ser puesto en escena, teatralizado dentro de las aulas de clase (lecturas permanentes), y así cautivar la voluntad de aquellos estudiantes que estaban lejos de hábito de leer, y con él, el de escribir, pensar y crear. Con ella estudié durante un buen tiempo su lenguaje, formas expresivas y demás elementos histriónicos con los que preparé el montaje del personaje Mamá Negra. Cuando le propuse a los docentes que estaba listo para representarlo, y que lo haría a través de un disfraz estudiadamente diseñado, con simulacros previamente realizados y adecuación del manejo de la voz, se presentó una polémica en el Consejo Académico, debido a que no todos estaban de acuerdo porque, “sostenían”, ello sería exponerme a la burla pública, criterios que no compartí y decidí ponerme a prueba. Pues bien: en la clases de lengua castellano jornada nocturna y diurna, me disfrazo de Mamá Negra, sin ridiculizar o exagerar al personaje real, y les leo cuentos, fragmentos de novelas, poesías, anécdotas e historias de la vida cotidiana y les llevo libro para que lean. El objetivo es llegarles a los estudiantes aprovechando esa energía lúdica, esa fuerza impactante, la gracia y alegría sobrecogedoras que he tomado del personaje. Desde entonces he comprobado una mayor motivación por el valor de la lectura, la palabra escrita, y también he percibido durante el tiempo que llevo dando las clases así, una disminución en el nivel de comportamiento agresivo, principalmente entre los estudiantes de la nocturna, en comparación con los del día. Pero en conjunto, los estudiantes han mostrado un vivo interés por la palabra hablada y escrita, piden a Mamá Negra que les lleve nuevos libros para leerlos en clase, en casa, y hasta ellos mismos se han motivado a escribir sus propias historias personales, han recreado con ingenio e igual gracia al personaje en parodias, trovas, cuentos, poesías y crónicas, las cuales, después de una selección entre todos los participantes, son publicadas en el periódico escolar Proyección, en la revista literaria La Tagua, en la página web escolar de la I.E. BAM., actualmente se prepara un libro, escrito por mis estudiantes, además de que se cuenta hoy más que nunca, con el apoyo del Consejo Académico y Consejo Directivo, después de la oposición inicial.
En el trabajo de reflexión y sistematización de los resultados de la propuesta, he abordado el asunto de la lectura y la escritura de ciertos temas específicos, como expresiones reveladoras de una determinada pertenencia cultural. Esto nos ubica en un marco socio-cultural, en unas prácticas que, según el investigador Didier Álvarez Zapata, “se debe comprender desde un conjunto esencial de preguntas referidas a por qué se lee, para qué se lee y cómo leer y escribir ayudan a construir una imagen o presencia social de los sujetos”[1]
Queda claro, entonces, que cualquier iniciativa de animación y promoción de la lectura debe tener en cuenta el contexto sociocultural, y por eso se discutió la propuesta en jornadas pedagógicas y ante el Consejo Académico, antes de ponerla en marcha, puesto que se trataba de introducir un personaje, ajeno a la cultura local. Así las cosas, se puede ver que la experiencia con los elementos estilísticos y culturales de Mamá Negra, confirma que prácticas como éstas sirven para lograr cambios estructurales dentro las aulas de clase, sino también sociales y culturales. De aquí que el impacto en la comunidad (escolar y municipal, vale decir) es significativo, pues los resultados, tales como el gusto o placer por la lectura y escritura son positivos, el incremento en capacidad comprensiva y logros en la convivencia escolar, entre otros , son muy bien comentados, evaluados y reconocidos, evidenciado en el hecho de que la propuesta fue merecedora por parte de Secretaría de Educación Departamental, en el año 2008, como “Mejor experiencia pedagógica en el Departamento de Antioquia”.
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