El “chisme pedagógico” al cual me quiero referir aquí no responde, para frustración de muchos expertos murmuradores, al cotorreo libertino, baboso y pernicioso que tanto se ve entre, incluso, reputados docentes, porque quiero invitarlos es a “chismosear”, con altura y, sobre todo, con responsabilidad ética.
Que tal si, para entrar en materia, comentáramos temas como los postulados teórico-metodológicos de la llamada “revolución educativa”, y sus implicaciones en nuestro contexto cultural específico. Les confieso que me gustaría estar en medio de un agitado compadreo o comadreo en el que se discutan con entusiasmo, por ejemplo: El valor educativo de los ensayos escritos por Miguel de Zubiría Samper, Estanislao Zuleta, William Ospina, los postulados de los autores del pensamiento complejo, el último libro que leímos, y en el que descubrimos nuevos elementos con los que mejorar la enseñanza escolar.
En fin, compartir toda suerte de situaciones, inclusive aquellas que nos pusieron en calzas prietas con los estudiantes y colegas, pues todas estas reflexiones nos enriquecen, nos forman y nos proyectan hacia un porvenir educativo a la medida de las transformaciones culturales que se vienen dando de manera acelerada.
Que bueno sería, que tomaran estas exhortadoras reflexiones por el lado amable, y entendieran que quien esto escribe sólo intenta hacer una cordial y saludable invitación a que se vinculen con él en el proceso de movilización de esquemas mentales que, imperativamente, necesitamos para la construcción del conocimiento a partir de la divergencia dejando la criticoneadera insulsa y ligera, y así convertirnos en promocionadores de los compañeros docentes, elogiando y criticando, sin ambages, sus metodologías y logros con respecto a nuestra profesión.
Es hora, de olvidar las épocas de corrillos bullosos, disociadores, en los que se despotricaba inmisericordemente y de manera irresponsable de nuestros colegas cercanos. Ahora es tiempo de prepararnos para enfrentar los retos del siglo XXI con ayuda de una estrategia infalible: el “chismoseo” culto, pedagógico y de altura, porque ello, contribuye a formar comunidad académica.
IVÁN GRACIANO MORELO RUIZ
Pedagogo
ivanmorelo@yahoo.com
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