Ante la nutrida asistencia de aves rapiñas narró el temido lobo de cómo apenas hacía poco tiempo, había cazado y aniquilado a sus indefensas presas:
Unas, tiernamente despellejadas vivas; otras con frialdad, las había degollado de un solo tajo con sus filosas garras. Aterrorizadas, la fauna de aquel bosque desencantado escuchaba la narración: en realidad se trataba de una de las más sanguinarias fábulas animada en esta arrasada selva.
Con el relato, los animales más indefensos se ariscaron, mientras que el infame lobo, disfrazado con elegante frac, prometió actuar con más sigilo.
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